Lista de deseos

Quiero ser la estancia en la que quieras pasar el resto de tu felicidad

mientras yo aseguro la mía admirándote,

e invitarte a bailar al abismo de mi soledad

mientras le hacemos muecas a nuestra amiga la suerte.

Volvería a redescubrirte para volver a empezarte,

desde aquella noche borrosa

hasta la última vez que me besaste.

Empujarte a crecer entre tus infinitas posibilidades

y que caigas de cabeza en tus sueños,

para que los cumplas de golpe y sin hacerte daño.

Recrearme una y otra vez en tus manos,

qué mejor que ellas para moldearme

y hacerme a la medida de tu desastre.

Saborear tu olor y meterlo en el frasco de mi memoria,

conseguir la fórmula secreta de tus aromas

y recrearlos una y otra vez cuando tu piel me deje a solas.

Desearte los mejores deseos y que los cumplas.

si por casualidad yo estoy entre ellos,

ven,

haré que me los cuentes todos, uno a uno.

26/13

La vida a veces te pone a la misma distancia de perderte o encontrarte 
y joder,
mira que me he perdido, 
pero fue encontrarte y no querer volver sobre mis pies jamás.
Gracias por ser mi mayor regalo,
te quiero como quiere un bonito recuerdo a su memoria.

Para mí

Escondites internos que nunca se abrirán,

entrañas desgarradas por la incertidumbre de un “por qué”,

pensamientos asesinos de sus propios miedos.

Nunca supe si era más fuerte la duda o la tristeza

de no saber si volvería o de verme marchar,

nunca supe responder ninguna de mis preguntas

ni averiguar, si quiera, el porqué de tantos por qué.

Y así transcurría todo...

las mañanas dormidas sobre mi cama gris,

las tardes rojizas enamorándose de la ausencia,

las noches amantes de la desesperación

y yo perdida intentando pedirme perdón.

Mientras, la vida me miraba desde una esquina,

de reojo, con desgana,

no sabía si era una advertencia

o me miraba como yo la miraba a ella.

Encontrarme y perderme

Me perdí entre corazones rotos y ganas de ti,

como aquel corazón con forma de bisectriz

que no sabía si querer o morir.

¿Qué habrás sido en otra vida?

Puede que guerrero, lobo o guía,

solo sé que para mí,

eres el amor de mis vidas.

A veces no sé si lucho contra mí, o contigo,

no sé si voy a salir viva de ti, 
no sé si quiero vivir una vida muerta al estar sin ti,

solo sé que si muero, quiero que sea por ti

solo sé que si vivo, quiero que sea contigo.

La oscuridad nunca brilló tanto como cuando la dominaste,

mis ojos nunca se quedaron tan ciegos como cuando los miraste.

La oscuridad llenó de luz mis ojos y me quedé excelsa de ti,

cuando te supe comencé a existir.

Eres el único lugar donde podría encontrarme,

como esa isla desierta que encuentras por casualidad

y aunque te salve te deja sin punto de retorno,

un paraíso en forma de infierno.

El único lugar donde encontrarme es sinónimo de perderme.

De ti

Ese huracán con preludio a la destrucción,

esa casa con recuerdos sin retorno,

ese niño hambriento rodeado de frío,

ese hambre con ganas de ti.

“De ti”

es como si todo se redujera a eso,

como si todo y nada fueran lo mismo tratándose de ti.

Todo contigo,

nada sin ti.

Tan simple todo, tan complejo nada.

Escribirte es el mejor arma contra mí misma,

como si se vaciara un jarrón que lleva años ahogando a sus propias flores,

y sintiera, por fin, libertad para poder morir.

Así me siento cuando te escribo.

Pero todo lo bueno tiene su parte mala.

La tortura de pensarte, ausente.

Ausente de mí vida,

de mis días,

de mí.

Y cuando todo se reduce a mí,

ya nada es tan bonito,

ya nada toma forma,

ya nada tiene sentido si no se trata

de ti.

Así que no te ausentes,

no dejes que deje de formar parte,

de ti.

Feliz

El hombre de mis desvelos y con el único que sueño,

la cima de mis ideas y el abismo de mis problemas.

Capaz de romperme y arreglarme,

en segundos,

como si tuvieras el poder de reconstruirme.

Mi chico con alas que me cubre el corazón

y me alimenta las entrañas con su amor,

un amor de esos que te hacen replantearte la gravedad

y si merece la pena eso de tener los pies en el suelo.

Y yo que solo quiero estrellarme en la cima de tus pupilas

para morir y vivir de por vida.

Estoy hecha a la medida de tus “te quiero”

y es que da igual las veces que me los digas,

siempre me harán sentir como el primer día,

ese día que decidiste acariciarme el corazón

como ese pianista que toca la última pieza de su vida.

Tocarte y volver a repetirte

una y otra vez

hasta que seamos la misma pieza de esa melodía

que tanto me gusta escuchar(te).

Eres ese primer amor que nunca tuve

porque nadie que haya querido está a tu altura,

pero quién lo estaría

si ni siquiera el cielo es capaz de llegarte a los pies.

Desde el primer momento quise a cada uno de tus pedazos,

abracé cada uno de tus miedos

y besé cada una de tus cicatrices,

y es que lo que no sabes es que mataría a todos tus demonios por ti.

Me arrancaría la piel para darte calor

y haría de tus latidos una banda sonora para mi felicidad.

Y tranquilo mi amor,

si desesperas yo te espero, y te calmo,

como lo hiciste tú conmigo aquel día

que te creía perdido

y sin querer me hiciste volver a creer

en que lo malo de nuestro infierno es lo frío que es todo

al no estar en él.

Y joder,

creo que “cumpleaños” y “quiero verte siempre”,

se parecen mucho si los sigue el título de este poema

que le hace, también, mucha justicia

a lo que siempre me has hecho.

Te quiero, amor de mis vidas.

Ausencia

Cadenas que no dejan respirar,

el demonio en forma de tortura,

la sangre a borbotones

y una interminable herida sin cerrar.

La incertidumbre asfixiante,

amante de la desesperación,

follando bajo las sábanas del tiempo

que parece no correr.

La herida continúa sangrando,

no hay escapatoria,

los amantes siguen follando

como si no tuvieran otra opción.

Yo sigo mirando por nuestra ventana,

esperando la frase perfecta,

la definición adecuada,

el sentimiento preciso.

Veo un demonio con heridas abiertas,

cadenas rotas,

el tiempo que no quiere correrse,

y unos amantes desangrándose.

La definición de tu ausencia.

Poesía incongruente

Un ser extraordinario que ha paseado por el infierno

y ha rozado el cielo con sus dedos,

alguien indeleble para la memoria

y que si te quiere, por ti muere.

A veces no sabe si lucha contra sí mismo, o contigo;

no sabe si va a salir vivo de ti,

solo sabe que si muere, será por ti

y que si vive, va a ser contigo.

Le da igual la muerte si es contigo su vida,

le da igual la vida si la muerte se apodera de ti,

por eso mata por tu vida,

y vive solo por ti.

En eso consiste el amor,

en no querer vivir una vida muerta al estar sin ti.

Y es que así es él:

la maldad personificada

y el amor en forma de hombre.

Qué incongruencia, qué poesía.

Declaración de amor

Quiero atrincherarme entre tus piernas y hacerte la guerra con la lengua,
que explotes en mi boca, llenarme la garganta de metralla,
arriesgarme a morir para que vivas de placer.
Quiero ser tu soldado fiel.

Desvestirte y convertirte en la poesía mejor narrada,
mientras intento ser fugitiva de tu incesante mirada.
Quiero morir en la perdurabilidad de tus ojos mientras me miran
y renacer en tus manos mientras me agarran.

Quiero terminar de follarte para volver a empezar a follarte.

Reina proclamada

Soy experta en geografía si se trata de tu cuerpo,
me convertiría en flecha para atravesarte el pecho
y envenenarte de deseo.

Voy a follarme cada uno de tus miedos,
convertirlos en tormenta para que llegue tu calma,
abrirte en canal e incrustarte mi amor en tus adentros.

Quiero quedarme vacía para llenarte,
pausar el tiempo en nuestra cama
y que no haya lugar para despedidas
entre mi castillo y tus murallas.

Tu reina te eligió como soldado

para que libres las batallas que siempre te ofrezco,
y que tú aceptas encantado.
De las que llegas medio muerto
para encauzar, tú solo, la más dulce de las guerras
entre mis muslos y tu lengua.

Siempre ganas.

Y como recompensa,
tienes acceso a todas mis tinieblas,
a morir, si quieres, entre mis piernas.

Manicomios

Siempre me ha gustado el caos,

siento la necesidad de ordenarlo.

Es como un juego que siempre quiero ganar.

Te atreves a venir, a hurtadillas colándote en mis adentros.

Y juegas a mi juego.

Me desestabilizas,

a mí, a mi perfecto orden.

Siempre fuiste de irte pero ahora te quedas,

no te marchas,

ahora quieres ver el espectáculo que te ofrezco,

te sientas en primera fila y me observas,

me desnudas,

te deleitas.

Me expongo,

consigo cambiar el juego.

No te has dado cuenta pero ya estoy dentro,

ahí en dónde nadie jamás ha querido estar,

ahí en donde nadie se ha merecido estar.

Me cuelo en tus recovecos.

No te estás dando cuenta, tus ojos siguen hipnóticos.

Sonrío, y sigo.

No sé si estás ganando tú,

o estoy perdiendo yo.

Me paseo por tus desastres

y cojo de la mano a tus miedos, como títeres,

no saben que llevo una pistola llena de deseos

lista para pegarles un par de tiros certeros.

Me gustan los retos, y tu mente siempre ha sido mi mayor desafío.

Ojalá pudiera quedarme a vivir dentro.

Me lo estoy pensando, creo que debería hacerlo.

Siempre se habla de corazones,

y no pensamos en que hay mentes que sienten más,

que sufren más que cualquier corazón roto.

Por eso me atraen las mentes.

Estoy enamorada de tu mente.

Sabes que estoy dentro, es más, sé que soy el pensamiento más fuerte.

Tengo de ventaja a la suerte.

Quizá no es suerte, quizá soy una loca de las mentes

que se volvió un poco más loca al conocerte.

Y a ti te van las locas,

pero no una loca cualquiera.

A lo mejor suena demasiado cuerdo, pero es lo que quiero.

¿Puedo encerrarme en el manicomio de nuestros recuerdos?

Quédate

No quiero pensar en perderte,
no puedo pensar en perderte,
no soporto pensar en perderte,
si te pierdo no querré pensar,
si te pierdo no podré pensar,
si te pierdo no soportaré pensar.
Si pienso en perderte me pierdo,
si te pierdo de qué sirve perderse
si tú ya no me vas a encontrar.
Mejor no lo pienso,
mejor no te pierdo.

Déjame alimentarme de tus miedos,
de tus demonios,
de ti mismo,
permíteme el lujo de quererte.
de deteriorarme a tu lado,
concédeme el próximo baile una y otra vez
hasta que nuestras piernas tiemblen deseos
y cumplan sueños.

Mejor quédate mi amor.

Matemos a tiros a la eternidad
y ocupemos su lugar.

Disparos

En la oscuridad no se ve con claridad,

mis pensamientos me han cogido de rehén

y mi mente no para de pasearse por nuestros infiernos.

Ponme la pistola en la boca,

ya me encargo yo del resto.

Mi cabeza siempre al filo del precipicio de mis demonios,

me paseo mirando el abismo con ojos de loca,

ya la cordura la perdí intentando agarrar la cuerda

de mis miedos.

Todos nos cansamos de quemarnos.

La pistola sigue ahí,

sujeta por ti,

entre mis dientes que aprietan como si de tu cuello se tratara,

y te sigo mirando atenta

sin pedirte que hagas nada.

La pistola, el precipicio, y mis demonios,

todo sigue igual,

salvo tú y yo,

estamos debatiéndonos entre vivir o morir,

salvar o matar,

quedarnos o marcharnos.

Mi mente desgarra mis pensamientos,

y me imagino la vida sin tu calor,

sin tu presencia,

y duele, joder que si duele,

sin ti todo duele.

Y me quedo en silencio,

imaginando tu disparo,

y creo que prefiero morir,

que me mates,

marcharme.

De qué me sirven los días, sin ti.

Me rindo, dispara.

Logros

No soy partidaria de los “para siempre”
pero tú me haces creer
en la infinidad del tiempo.
Me haces ver que “amor” es una simple
palabra al lado de tu mirada.
Me haces sentir que la realidad es alternativa
porque puedo elegir entre quererte un poco más hoy
y que ya mañana será otro día.
Me haces frágil para protegerme
y que ni siquiera el mismísimo diablo se me acerque.
Me haces fuerte para estar ahí cuando tú
no puedas dar lo mejor de ti.
Me haces volverme sonrisa
y que quiera pasearme siempre por el precipicio de tu clavícula.
Me haces libre para que elija quedarme siempre
en tus pupilas.
Me haces mal para que la codicia de querer
convertirte en vicio sea la mejor de las vorágines.
Me haces bien y no tienes más que ver mi sonrisa
al sentirte mío.

Me haces ser, y eso solo lo has conseguido tú.

Infinitivo

Te juro que en mi vida he
querido así,
como si fueras muchas cosas a la vez,
y todas me eligieran a mí.
Eres mi antes y después,
el caos de mi perfecto orden,
mis horas del reloj,
mi inmejorable rutina,
el calor de mis sábanas
y mi corazón,
que late bajo mi pecho
pero vive gracias a ti.

Dulces guerras

Hay muchos tipos de guerra,

las quiero todas contigo.

Nuestra cama es el campo de batalla,

nuestras manos las armas.

Besarte como ataque,

que me muerdas como defensa.

Luchemos, hasta desintegrarnos.

Y mientras luchamos,

mi mente hace de las suyas y lucha en solitario.

Y yo,

yo lucho entre abrazarte o besarte,

admirarte o arrodillarme,

acariciarte o tocarte hasta que estalles.

La dulce lucha entre quererte o follarte.

Infierno

Baja a mi infierno por las escaleras de atrás,

no vaya a ser que te vean.

Encuéntrame y rómpeme el alma

para sentir el placer de cómo la reconstruyes.

Qué bonitos son algunos demonios,

pero es que los tuyos son el vórtice

de mi perdición,

y maldita sea,

qué mejor que perderme entre tus monstruos

y que me lleven hasta lo más recóndito

de ti,

y así encontrarte de verdad

y deleitarme con tu oscuridad

y tu belleza.

Hay llenos demasiado vacíos,
también vacíos demasiado llenos,

pero tú llenas mi infierno

y lo conviertes en el mejor de los paraísos.

Letalidad

Son muchas las causas de muerte que existen,

desde un ataque al corazón

a una herida mal curada.

Unas más letales que otras

pero siempre con un mismo final.

Cuando me imagino sin ti

creo que algo dentro de mí se retuerce

y duele,

no te imaginas cuánto duele.

Muero,

un poco cada vez que mi mente

te piensa y piensa

que una vida sin ti

es como un infierno sin llamas,

sin que queme, sin nada.

Y es que joder,

no hay arma más letal que tu ausencia.

Secuestro

Me tiene secuestrada,
atada de pies y manos
y a mi mente desarmada.

La incertidumbre,
esa cabrona desquiciante y desesperante,
esa loca que te aísla y atormenta,
esa puta que te arrastra y te maltrata.

Cómo librarse de ella
si mi cabeza no para de darte vueltas,
a ti,
y a la idea de que sin ti no hay nada que me salve.

Mi guerrero favorito

La de guerras internas que no he ganado,
la de noches en vela que he pasado

y la de sueños que no he soñado.

Y apareces tú,

y ganas todas mis guerras,

te apoderas de mis noches

y me haces soñar despierta.

Hay luchas de las que no se sale vivo del todo
y tú,

medio vivo o medio muerto

cargas conmigo a cuestas,

y me salvas.

Eres de mi debilidad la fuerza,

el desastre está hecho a tu medida

y joder qué envidia,

cualquier orden se volvería desastre

solo con ver tu sonrisa.

Tenerte

Es por la mañana, duermes. Sé que debo despertarte pero no puedo hacerlo, verte en paz me hace tremendamente feliz, es una de esas sensaciones que nunca quiero dejar ir porque simplemente no quiero que se vaya jamás.

Me acomodo en la cama y pienso en mi suerte, te miro. Te coloco el pelo, te mueves y me abrazas, pero sigues durmiendo. Y me llevas a aquella conversación en la que me decías que yo era tu reina, que te había salvado y que te dijera cuáles eran mis miedos que tú irías a por ellos. Lo que tú no sabías al decirme todo aquello, es que una reina sin su rey no tiene nada que hacer, que no te salvé, simplemente quise luchar contigo, y que cómo voy a dejar que luches contra ti mismo si mi mayor miedo es quedarme sin ti.

Vuelvo de mis pensamientos y sigues ahí, abrazándome y haciéndome ver que tenerlo todo, es tenerte a ti.

Vicios

Me gusta follar,

follarte.

Es lo que más me gusta de nuestra vida,

o acaso existe algo mejor que comerte,

literalmente.

La de vicios que podría tener,

y elegí tenerte.

Y si,

creía que no podía vivir

sin mi dosis diaria de sexo

hasta que te conocí,

y necesité mi dosis diaria

a cada minuto,

pero me di cuenta también

de que puedo vivir sin sexo,

pero no sin ti.

Balas

Hay balas que atraviesan

y otras que solo juegan a ser un juego.

Las de mi cabeza solo juegan

con mis pensamientos,

que queman

hasta volverse agujeros

en los que te guardan y atrincheran.

A ti,

que te adheriste a mi vida

para convertirte en la cura de mi herida,

pero también en las balas de mi endeble corazón,

que atraviesan mi cabeza

por no poder atenerme algún día

a tu presencia.

Los daños son irreversibles,

e inexorable la idea de poder perderte,

y es que prefiero que dispares

me quemes, me atravieses, me mates,

antes que vivir una vida

sin tus caricias.

Ser y que seas

La de espinas que atravesaría

para que me hagas sangrar

solo tú.

Y que seas cicatriz,

en mi retina, en la memoria,

y herida abierta en mis sentimientos

que nunca quiero cerrar.

Quiero ser la vehemencia de tus latidos

que me hacen recordar

lo viva

que es mi vida

solo porque la tuya hace de mi existencia

una odisea

de la que quiero que formes parte

hasta que nuestras almas

vuelvan a reencontrarse.  

Victorias

Mi mente va a acabar conmigo,

no sé si lento o rápido,

pero va a matarme.

Cómo se controla un pensamiento

si cuando alguien importa

y es incontrolable

la idea de que algún día

no podrás tocarle

la mente divaga y te apaga.

Cómo se controlan los pensamientos

si esa persona son todos ellos

juntos.

Pongo a mi mente en contra,

me acorrala, me ata

y me asfixia,

hasta que de repente apareces

y mi mente se rinde

y mi corazón gana la guerra,

y todo por no darme cuenta

de que quererte

logra revivirme.

¡Bang!

Toma mi pistola,

la dejo en tus manos,

tienes el poder de usarla 
o guardarla,

haz lo que quieras con ella,

al fin y al cabo tú ya tenías mi alma.

Dispara,

yo corro tras la bala.

Me gusta jugar con el peligro

y enredarme con la oscuridad de nuestro abismo,

hacerle muecas a la muerte

y sonreírle al demonio.

Qué importa exponerse

si ya la bala de tu corazón,

atravesó mi cabeza.