domingo, 31 de enero de 2016

Tenerte

Es por la mañana, duermes. Sé que debo despertarte pero no puedo hacerlo, verte en paz me hace tremendamente feliz, es una de esas sensaciones que nunca quiero dejar ir porque simplemente no quiero que se vaya jamás.

Me acomodo en la cama y pienso en mi suerte, te miro. Te coloco el pelo, te mueves y me abrazas, pero sigues durmiendo. Y me llevas a aquella conversación en la que me decías que yo era tu reina, que te había salvado y que te dijera cuáles eran mis miedos que tú irías a por ellos. Lo que tú no sabías al decirme todo aquello, es que una reina sin su rey no tiene nada que hacer, que no te salvé, simplemente quise luchar contigo, y que cómo voy a dejar que luches contra ti mismo si mi mayor miedo es quedarme sin ti.

Vuelvo de mis pensamientos y sigues ahí, abrazándome y haciéndome ver que tenerlo todo, es tenerte a ti.

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