Ese huracán con preludio a la
destrucción,
esa casa con recuerdos sin retorno,
ese niño hambriento rodeado de frío,
ese hambre con ganas de ti.
“De ti”
es como si todo se redujera a eso,
como si todo y nada fueran lo mismo
tratándose de ti.
Todo contigo,
nada sin ti.
Tan simple todo, tan complejo nada.
Escribirte es el mejor arma contra mí
misma,
como si se vaciara un jarrón que lleva
años ahogando a sus propias flores,
y sintiera, por fin, libertad para
poder morir.
Así me siento cuando te escribo.
Pero todo lo bueno tiene su parte mala.
La tortura de pensarte, ausente.
Ausente de mí vida,
de mis días,
de mí.
Y cuando todo se reduce a mí,
ya nada es tan bonito,
ya nada toma forma,
ya nada tiene sentido si no se trata
de ti.
Así que no te ausentes,
no dejes que deje de formar parte,
de ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario