jueves, 17 de diciembre de 2015

Ahogamiento

Te vas, 
no sé si volverás, 
y yo
perdida esperándote a la deriva,
en un mar donde la vida
carece de alegría
y ahoga la agonía.

El salvavidas de tu sonrisa
me aferra a tu caricia,
a la inamovible idea 
de que ni el más extenso mar
puede a nuestro infierno apagar.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Autodestrucción

Tan lejos de mí,
y tan cerca en mi cabeza.

Las ganas insufribles de salvarte
de todo, de todos,
hasta de mis pensamientos
que esos nos dañan a las dos,
a mí por la impotencia de querer
pero no poder,
a ti por mi propio sufrimiento.

Cuando no sabemos
ni yo de ti
ni tú de mí
nos convertimos
en el paradigma del dolor
porque la reciprocidad en el amor,
tenemos la suerte,
y la desgracia
de sufrirla los dos.

sábado, 31 de octubre de 2015

Mitades

La desesperación entre oleadas de gritos
y desgarros internos;
no hay sangre,
tampoco lágrimas.

El vacío se apodera del cuerpo,
el alma acongojada
se separa,
y te busca,
desesperada,
sin esperanza.
Se percata de tu ausencia,
del preludio del sin fin de la angustia,
sin dudarlo,
se parte en dos,
para así llenar dos partes.

A ti,
a mí,
vacíos.

A nosotros,
tan completos.

lunes, 19 de octubre de 2015

Desastre y miedo

El inexorable placer de observarte,
cuando ni siquiera te percatas de mis miradas indagantes,
ni del acabose de mi mente al crearte a la medida del desastre.

De qué sirve no mirarte
si cuando mis ojos se deleitan con tus gestos
mi mente se encariña un poco
más
con cada uno de ellos,
con lo impávido que resultas
y lo inefable que le eres a las palabras.

Quién no le tendría miedo
a alguien así,
si con solo una sonrisa
es capaz de paralizarte.

jueves, 14 de mayo de 2015

Almas encontradas

Eres mi hogar, 
porque qué más da ya un techo,
si te tengo para resguardarme.

Eres mi casualidad más preciada.

Es curioso 
cómo puedes descifrarme con tanta facilidad, 
cuando ni siquiera soy capaz de comprenderme, 
cómo resuelves un puzzle al que creía que le faltaban piezas.

No se me da bien contar cómo se siente ser yo, 
pero es que contigo todo es más fácil.

Lo que no decimos es lo que de verdad duele, 
por eso hoy no quiero callarme,
aunque ya eso ni siquiera importa,
tú consigues que siempre quiera expresarme.

Hay algo que no puedo remediar y es tener una
necesidad imbatible de que tus palabras 
se acerquen a las mías.
Porque desde que me hablas,
la verdad ya no duele tanto.

Sé que harías lo que hiciera falta para quitarme
los miedos, 
y ponerme a salvo,
pero lo que no sabes 
es que cuando me abrazas,
ni el mismísimo diablo podría dañarme.

viernes, 6 de febrero de 2015

Hermana

Gracias por dejarme llorar,
pero también por secarme las lágrimas,
y gracias también,
por hacerme entender
que no hace falta que te conozca de toda mi vida
para saber que quiero que sigas indefinidamente en ella.
Hay contratos que firmamos con las personas
aunque no nos demos ni cuenta,
pero en el nuestro,
no existe la letra pequeña,
solo unas cláusulas que siempre cumpliré
y que van desde apoyarte hasta comprenderte,
pasando por quererte.