sábado, 26 de marzo de 2016

Disparos

En la oscuridad no se ve con claridad,
mis pensamientos me han cogido de rehén
y mi mente no para de pasearse por nuestros infiernos.

Ponme la pistola en la boca,
ya me encargo yo del resto.

Mi cabeza siempre al filo del precipicio de mis demonios,
me paseo mirando el abismo con ojos de loca,
ya la cordura la perdí intentando agarrar la cuerda
de mis miedos.

Todos nos cansamos de quemarnos.

La pistola sigue ahí,
sujeta por ti,
entre mis dientes que aprietan como si de tu cuello se tratara,
y te sigo mirando atenta
sin pedirte que hagas nada.

La pistola, el precipicio, y mis demonios,
todo sigue igual,
salvo tú y yo,
estamos debatiéndonos entre vivir o morir,
salvar o matar,
quedarnos o marcharnos.

Mi mente desgarra mis pensamientos,
y me imagino la vida sin tu calor,
sin tu presencia,
y duele, joder que si duele,
sin ti todo duele.

Y me quedo en silencio,
imaginando tu disparo,
y creo que prefiero morir,
que me mates,
marcharme.
De qué me sirven los días, sin ti.

Me rindo, dispara.

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