El hombre de mis desvelos y con el único que sueño,
la cima de mis ideas y el abismo de mis
problemas.
Capaz de romperme y arreglarme,
en segundos,
como si tuvieras el poder de
reconstruirme.
Mi chico con alas que me cubre el
corazón
y me alimenta las entrañas con su
amor,
un amor de esos que te hacen
replantearte la gravedad
y si merece la pena eso de tener los
pies en el suelo.
Y yo que solo quiero estrellarme en la
cima de tus pupilas
para morir y vivir de por vida.
Estoy hecha a la medida de tus “te
quiero”
y es que da igual las veces que me los
digas,
siempre me harán sentir como el primer
día,
ese día que decidiste acariciarme el
corazón
como ese pianista que toca la última
pieza de su vida.
Tocarte y volver a repetirte
una y otra vez
hasta que seamos la misma pieza de esa
melodía
que tanto me gusta escuchar(te).
Eres ese primer amor que nunca tuve
porque nadie que haya querido está a
tu altura,
pero quién lo estaría
si ni siquiera el cielo es capaz de
llegarte a los pies.
Desde el primer momento quise a cada
uno de tus pedazos,
abracé cada uno de tus miedos
y besé cada una de tus cicatrices,
y es que lo que no sabes es que mataría
a todos tus demonios por ti.
Me arrancaría la piel para darte calor
y haría de tus latidos una banda
sonora para mi felicidad.
Y tranquilo mi amor,
si desesperas yo te espero, y te calmo,
como lo hiciste tú conmigo aquel día
que te creía perdido
y sin querer me hiciste volver a creer
en que lo malo de nuestro infierno es
lo frío que es todo
al no estar en él.
Y joder,
creo que “cumpleaños” y “quiero
verte siempre”,
se parecen mucho si los sigue el título
de este poema
que le hace, también, mucha justicia
a lo que siempre me has hecho.Te quiero, amor de mis vidas.